10/07/2014

Recuerdos 1: Apareces De Repente En Mi Vida.




Corría el año 2010 cuando la conocí. Le otorgaban el premio Cadena Dial. Recuerdo que en esos momentos no sabía quien era. Ese día la vi hablando con David De María, pero él no fue quien me la presento. Me fui acercando poco a poco para averiguar más de ella. Pero para mi desgracia cuando me acerqué al corrillo, David estaba “discutiendo” con otra cantante, dando la casualidad que aquella cantante también era amiga mía.
Me senté al lado de la cantante intentado saber que ocurría, miraba a David y a la chica que no tenía ni idea de quien era, ella estaba nerviosa, se le notaba, una de sus piernas no paraba de temblar y sus manos no paraban de entrelazarse.
Cuando fui a meterme para dar por zanjada la pequeña discusión, me vi envuelta, sin quererlo, en otra discusión con David. Él me pedía que no me metiera, que no pintaba nada. Que me dijera que no pintaba nada me cabreo, soy muy de altibajos puedo cabrearme y descabrearme en cuestión de segundos.
-¿Que no pinto nada? Sois unos niñatos... Mirar el circo que estáis montando...- Le miro fijamente a los ojos. Por el rabillo del ojo pude ver que la mujer con la que antes estaba David se levanta y camina hacia mi.
-¿Les puedes dejar tranquilos...?- Su voz sonaba suave, y con un acento muy familiar. Sin saber nada de ella supe que era andaluza.
-¿Y tú quién coño eres?.- Digo alterada. Lo dicho, cuando me enfado me enfado a lo grande. A ella se le endurece el rostro. Frunce el ceño y camina quedando a escasos centímetros de mi.
-¿Y tú? Dime... ¿de que jaula has salido?.- Notaba como su respiración se entrecortaba. Estaba claro que lo que le había dicho no le había sentado nada bien.
David separa a aquella misteriosa mujer de mi. Aún alejándola a metros, seguía manteniéndome la mirada. Sin duda me estaba desafiando. Yo no me corté y la seguí mirando hasta que desapareció por el pasillo entrando a unos de los camerinos.
El portazo se escuchó desde aquí, no me lo esperaba y me asusté cerrando los ojos con fuerza.
-Ya esta mi niña.- David me da un abrazo intentado dar por terminada la discusión de minutos antes.
-No pasa nada cariño... No me gusta veros así...- Digo con la mirada fija en aquella puerta que permanece cerrada.

Desde ese día me olvidé de aquella mujer y de ese intercambio de palabras que tuvimos. Pasaron las semanas y Pastora se encaprichó en que yo conociera a una chica que lleva poco tiempo en la música, ella alega de que es muy buena en lo suyo. Me habla tan bien de ella que ahora la que esta encaprichada soy yo.
Y hoy me iba a quitar aquel capricho. Pastora organizó una comida íntima. Solo íbamos a estar David, Pastora, la chica sin nombre, y yo. Y digo “la chica sin nombre” porque no ha querido decirme como se llama...
Cuando entré al salón Pastora se levantó a toda prisa hacia mi con los brazos extendidos. Vi a David hablando con una mujer, supuse que era aquella cantautora que debía de conocer.
Achiné los ojos, le analice de arriba abajo, pero nada, de espaldas no supe reconocerla.
-¡Que ganas tenía de que llegaras!.- Pastora me da dos besazos sonoros. Yo le sonrío.
Ella se gira y llama a una tal Vanesa varias veces. Yo con atención la veo. Veo como da un par de pasos hacia atrás. Aún seguía hablando con David. La escucho reír y sin previo aviso sonrió yo también. Nunca había tenído tanta intriga por conocer a un artista.
Hace un giro de cabeza. Su pelo vuela. La veo, me mira y sonríe. Intenta evitarlo pero le es imposible, al final se da por vencida y camina con una sonrisa.
-¡Hombre!.- Extiende sus brazos y su sonrisa se hace más grande.-¡Amiga mía! ¿Cómo estas?.- Apoya sus manos en mis hombros y me da dos besos. Yo me quedo helada, petrificada, congelada, y un sin fin de sinónimos más.
-¡Uy! ¿Es que os conocéis?.- Pastora nos mira como si fuera un partido de tenis. Ella sonríe y asiente.
-Claro que nos conocemos.- Vuelve a mirarme.- ¿A que si Malú?.
¿Sabe quien soy?... No sé si eso debería de darme miedo...
-Pues mejor...- Dice Pastora.- No veas como canta y compone la niña, ¿sabías que era de Málaga?.- Niego. Sabía que era andaluza, se le nota mucho al hablar.
-Que callaita te veo... Antes solías hablarme más...- No contesto. 
Me esta vacilando y lo peor esque me estoy dejando. Me llega a pasar esto con otra persona y ya hubiera puesto el grito en el cielo. Pero no, con ella, con Vanesa, no... Mi voz se ha quedado muda.
¿Se supone que esta tía es la supuesta cantautora tan buena que tengo que conocer?
Nos sentamos en la mesa y comenzamos a comer. Vanesa se desenvuelve muy bien con David y Pastora y eso me hace pensar de que se conocen de hace tiempo. Yo callada les escucho. Y descubro que Vanesa, o Vanesa Martín como artisticamente se llama, a compuesto un par de temas del disco de Pastora y que David ya ha cantado con ella uno de sus temas.
A lo largo de la tarde David tubo que marcharse. Cosas de artistas. O eso fue lo que nos dijo, últimamente va y viene con su chica... Otro que tal baila...
Tras una hora de la marcha de David y estar toda la tarde hablando decidimos irnos. Pastora nos acompañó hasta la puerta.
-¿Y tu coche?.- Me pregunta Pastora.
-He venido andando ¡tampoco vives tan lejos de mi casa!.
Tras despedirnos de Pastora, camino detrás de Vanesa. Ella se frenó al lado de una moto y sacó unas llaves de su bolsillo.
-¿Quieres que te lleve?.- Pregunta Vanesa. 
-¿Tú?... Eres capaz de dejarme tirada en medio de la calle.
-Tenía pensado en dejarte en tu casa, pero si eso es lo que quieres...- Miro la moto con miedo. Nunca me he montado en una tan grande y menos con una persona que posiblemente me odie.
-¿Tienes miedo?.- Me tira uno de los casco a las manos.
-No.- Balbuceo.
-Vamos entonces.
Vanesa se sube a la moto, se coloca el casco y se sube la visera.


-¿Vamos?.- Pregunta desesperada.
Sin pensarlo, porque si lo hago me voy a mi casa andando, me pongo el casco y subo en la moto.
Ella con delicadeza coge de mis manos y las coloca fuerte a su cintura. Echa una última mirada hacia atrás, se baja la visera y arranca.
La moto sonaba de una manera brutal. Vamos que media Madrid se enteró que Vanesa Martín ya había llegado.
Por el camino le iba dando indicaciones para llegar a mi casa. De vez en cuando quitaba del manillar una de sus manos para coger las mías y asegurarse de que le estaba agarrando fuerte. Eso me hizo tener un poco más de seguridad. Por lo menos hoy Vanesa no quería matarme, pero no descartaba de que me dejara tirada en cualquier parte de Madrid... Le hago la última indicación y frena en la puerta de mi casa. Me bajo de la moto y mis piernas parecen dos flanes.
-Gracias...- Le tiro el casco de la misma manera que ella lo hizo antes.
-Te diría que ha sido un placer conocerte pero...- Sonríe y se vuelve a subir a la moto.
-Lo mismo digo.- Doy unos pasos hacia la puerta.- Hasta... ¿Nunca? Vanesa Martín.
Suelta una carcajada, se baja la visera y se va... Así de simple.
Entro en mi casa y lo primero que hago es coger el portátil.

Entro en Youtube y en el buscador pongo su nombre “Vanesa Martín” Sonrío al escribirlo y me siento estúpida. Veo una larga lista de links que me invitan a entrar en sus vídeos, rebusco hasta que hay uno que me llama la atención, “Trampas”, le doy al play y hecho mi espalda hacia atrás. Escucho sus primeros acordes. 4 minutos dura la canción, 4 minutos que maldigo para mis adentros. ¿Como una tía tan descarada como ella ha escrito tal tema? ¡Quiero cantarla! ¡Quiero tenerla en algún disco mío! Rebusco más y me quedo embobada. Pasé el resto de la tarde en eso, en escuchar sus dos discos. Los escucho mil veces, intentado sacarle algún fallo para poder echarle algo en cara pero no... Todo es perfecto.

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