Corría
el año 2010 cuando la conocí. Le otorgaban el premio Cadena Dial.
Recuerdo que en esos momentos no sabía quien era. Ese día la vi
hablando con David De María, pero él no fue quien me la presento.
Me fui acercando poco a poco para averiguar más de ella. Pero para
mi desgracia cuando me acerqué al corrillo, David estaba
“discutiendo” con otra cantante, dando la casualidad que aquella
cantante también era amiga mía.
Me
senté al lado de la cantante intentado saber que ocurría, miraba a
David y a la chica que no tenía ni idea de quien era, ella estaba
nerviosa, se le notaba, una de sus piernas no paraba de temblar y sus
manos no paraban de entrelazarse.
Cuando
fui a meterme para dar por zanjada la pequeña discusión, me vi
envuelta, sin quererlo, en otra discusión con David. Él me pedía
que no me metiera, que no pintaba nada. Que me dijera que no pintaba
nada me cabreo, soy muy de altibajos puedo cabrearme y descabrearme
en cuestión de segundos.
-¿Que
no pinto nada? Sois unos niñatos... Mirar el circo que estáis
montando...- Le miro fijamente a los ojos. Por el rabillo del ojo
pude ver que la mujer con la que antes estaba David se levanta y
camina hacia mi.
-¿Les
puedes dejar tranquilos...?- Su voz sonaba suave, y con un acento muy
familiar. Sin saber nada de ella supe que era andaluza.
-¿Y
tú quién coño eres?.- Digo alterada. Lo dicho, cuando me enfado me
enfado a lo grande. A ella se le endurece el rostro. Frunce el ceño
y camina quedando a escasos centímetros de mi.
-¿Y
tú? Dime... ¿de que jaula has salido?.- Notaba como su respiración
se entrecortaba. Estaba claro que lo que le había dicho no le había
sentado nada bien.
David
separa a aquella misteriosa mujer de mi. Aún alejándola a metros,
seguía manteniéndome la mirada. Sin duda me estaba desafiando. Yo
no me corté y la seguí mirando hasta que desapareció por el
pasillo entrando a unos de los camerinos.
El
portazo se escuchó desde aquí, no me lo esperaba y me asusté
cerrando los ojos con fuerza.
-Ya
esta mi niña.- David me da un abrazo intentado dar por terminada la
discusión de minutos antes.
-No
pasa nada cariño... No me gusta veros así...- Digo con la mirada
fija en aquella puerta que permanece cerrada.
Desde
ese día me olvidé de aquella mujer y de ese intercambio de palabras
que tuvimos. Pasaron las semanas y Pastora se encaprichó en que yo
conociera a una chica que lleva poco tiempo en la música, ella alega
de que es muy buena en lo suyo. Me habla tan bien de ella que ahora
la que esta encaprichada soy yo.
Y
hoy me iba a quitar aquel capricho. Pastora organizó una comida
íntima. Solo íbamos a estar David, Pastora, la chica sin nombre, y
yo. Y digo “la chica sin nombre” porque no ha querido decirme
como se llama...
Cuando
entré al salón Pastora se levantó a toda prisa hacia mi con los
brazos extendidos. Vi a David hablando con una mujer, supuse que era
aquella cantautora que debía de conocer.
Achiné
los ojos, le analice de arriba abajo, pero nada, de espaldas no supe
reconocerla.
-¡Que
ganas tenía de que llegaras!.- Pastora me da dos besazos sonoros. Yo
le sonrío.
Ella
se gira y llama a una tal Vanesa varias veces. Yo con atención la
veo. Veo como da un par de pasos hacia atrás. Aún seguía hablando
con David. La escucho reír y sin previo aviso sonrió yo también.
Nunca había tenído tanta intriga por conocer a un artista.
Hace
un giro de cabeza. Su pelo vuela. La veo, me mira y sonríe. Intenta
evitarlo pero le es imposible, al final se da por vencida y camina
con una sonrisa.
-¡Hombre!.-
Extiende sus brazos y su sonrisa se hace más grande.-¡Amiga mía!
¿Cómo estas?.- Apoya sus manos en mis hombros y me da dos besos. Yo
me quedo helada, petrificada, congelada, y un sin fin de sinónimos
más.
-¡Uy!
¿Es que os conocéis?.- Pastora nos mira como si fuera un partido de
tenis. Ella sonríe y asiente.
-Claro
que nos conocemos.- Vuelve a mirarme.- ¿A que si Malú?.
¿Sabe
quien soy?... No sé si eso debería de darme miedo...
-Pues
mejor...- Dice Pastora.- No veas como canta y compone la niña,
¿sabías que era de Málaga?.- Niego. Sabía que era andaluza, se le
nota mucho al hablar.
-Que
callaita te veo... Antes solías hablarme más...- No contesto.
Me
esta vacilando y lo peor esque me estoy dejando. Me llega a pasar
esto con otra persona y ya hubiera puesto el grito en el cielo. Pero
no, con ella, con Vanesa, no... Mi voz se ha quedado muda.
¿Se
supone que esta tía es la supuesta cantautora tan buena que tengo
que conocer?
Nos
sentamos en la mesa y comenzamos a comer. Vanesa se desenvuelve muy
bien con David y Pastora y eso me hace pensar de que se conocen de
hace tiempo. Yo callada les escucho. Y descubro que Vanesa, o Vanesa
Martín como artisticamente se llama, a compuesto un par de temas del
disco de Pastora y que David ya ha cantado con ella uno de sus temas.
A
lo largo de la tarde David tubo que marcharse. Cosas de artistas. O
eso fue lo que nos dijo, últimamente va y viene con su chica... Otro
que tal baila...
Tras
una hora de la marcha de David y estar toda la tarde hablando
decidimos irnos. Pastora nos acompañó hasta la puerta.
-¿Y
tu coche?.- Me pregunta Pastora.
-He
venido andando ¡tampoco vives tan lejos de mi casa!.
Tras
despedirnos de Pastora, camino detrás de Vanesa. Ella se frenó al
lado de una moto y sacó unas llaves de su bolsillo.
-¿Quieres
que te lleve?.- Pregunta Vanesa.
-¿Tú?...
Eres capaz de dejarme tirada en medio de la calle.
-Tenía
pensado en dejarte en tu casa, pero si eso es lo que quieres...- Miro
la moto con miedo. Nunca me he montado en una tan grande y menos con
una persona que posiblemente me odie.
-¿Tienes
miedo?.- Me tira uno de los casco a las manos.
-No.-
Balbuceo.
-Vamos
entonces.
Vanesa
se sube a la moto, se coloca el casco y se sube la visera.
-¿Vamos?.-
Pregunta desesperada.
Sin
pensarlo, porque si lo hago me voy a mi casa andando, me pongo el
casco y subo en la moto.
Ella
con delicadeza coge de mis manos y las coloca fuerte a su cintura.
Echa una última mirada hacia atrás, se baja la visera y arranca.
La
moto sonaba de una manera brutal. Vamos que media Madrid se enteró
que Vanesa Martín ya había llegado.
Por
el camino le iba dando indicaciones para llegar a mi casa. De
vez en cuando quitaba del manillar una de sus manos para coger las
mías y asegurarse de que le estaba agarrando fuerte. Eso me
hizo tener un poco más de seguridad. Por lo menos hoy Vanesa no
quería matarme, pero no descartaba de que me dejara tirada en
cualquier parte de Madrid... Le hago la última indicación y frena
en la puerta de mi casa. Me bajo de la moto y mis piernas
parecen dos flanes.
-Gracias...-
Le tiro el casco de la misma manera que ella lo hizo antes.
-Te
diría que ha sido un placer conocerte pero...- Sonríe y se vuelve a
subir a la moto.
-Lo
mismo digo.- Doy unos pasos hacia la puerta.- Hasta... ¿Nunca?
Vanesa Martín.
Suelta
una carcajada, se baja la visera y se va... Así de simple.
Entro
en mi casa y lo primero que hago es coger el portátil.
Entro
en Youtube y en el buscador pongo su nombre “Vanesa Martín”
Sonrío al escribirlo y me siento estúpida. Veo una larga lista
de links que me invitan a entrar en sus vídeos, rebusco hasta que
hay uno que me llama la atención, “Trampas”, le doy al play y
hecho mi espalda hacia atrás. Escucho sus primeros acordes. 4
minutos dura la canción, 4 minutos que maldigo para mis adentros.
¿Como una tía tan descarada como ella ha escrito tal tema? ¡Quiero
cantarla! ¡Quiero tenerla en algún disco mío! Rebusco más y me
quedo embobada. Pasé el resto de la tarde en eso, en escuchar sus
dos discos. Los escucho mil veces, intentado sacarle algún fallo
para poder echarle algo en cara pero no... Todo es perfecto.
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